Agricultura Limpia
La agricultura limpia busca generar productos sin residuos de pesticidas, manteniendo un alto nivel de productividad. Para este propósito los procesos de agricultura limpia utilizan pesticidas orgánicos con una menor concentración que su contraparte química y alternativas naturales para el control de plagas. Al evitar el uso de agroquímicos se evita la perdida de especies benéficas, el desarrollo de resistencias por parte de las plagas y la posibilidad de bioacumulación de sustancias nocivas que llegan al cliente final. Una de las ventajas comerciales de esta forma de cultivo es la acogida por el público de productos orgánicos que representan un menor riesgo para su salud.
El HI83225 es un instrumento indispensable para la fertilización integral y para todos los análisis que tengan que ser realizados directamente en el campo. La fertilización integral permite exaltar al máximo el concepto de nutrición de la planta a diferencia de la fertilización simple, debido al cálculo exacto del suministro de nutrientes en base a las necesidades efectivas de la planta. Esto significa que la solución nutritiva puede ser controlada, con las consiguientes ventajas desde el punto de vista agronómico y técnico (incremento de la eficiencia de los fertilizantes, reducción de las pérdidas causadas por limpiezas, baja acumulación de sales, mayor productividad de la planta) y también desde el punto de vista operativo (reducción de costos).
También es conocido que la elección de un cultivo depende del pH de suelo; de ahí que, con frecuencia, digamos que “los altramuces son típicos de suelos ácidos” o que “la alfalfa y el olivo son cultivos que prefieren suelos alcalinos”. Además, el pH del suelo/sustrato o el pH de la disolución nutritiva que rodea las raíces de un cultivo juega un papel fundamental a la hora de valorar la cosecha que de él se espera; tanto es así que, si el pH del suelo/sustrato es inadecuado, la cosecha puede disminuir hasta tal punto que no sea viable mantener el cultivo. Por último, sabemos que existen aguas cuyo contenido en carbonato o bicarbonato puede ser muy elevado, son las llamadas aguas duras/alcalinas; su empleo, bajo determinadas formas de riego (aspersión), puede acarrear problemas importantes si previamente no han sido correctamente aciduladas. De lo anteriormente expuesto se desprende la importancia que tiene conocer el pH del suelo/sustrato, el pH del agua de riego o el pH de la disolución nutritiva que utilizamos en fertirrigación. El pHmetro portátil Hanna HI 99121 para medir pH directamente en suelos y sustratos es una solución completa con un manejo sencillo, ideal para la operación en campo.