Monitoreando Sílice en Calderas y Torres de Enfriamiento
El sílice es uno de los elementos más abundantes encontrados en la corteza terrestre, puede producirse en aguas subterráneas por la dilución del cuarzo (SiO2 cristalino) de formaciones rocosas del fondo. En aguas naturales, el sílice es típicamente encontrado en concentraciones entre 5 a 25 mg/l. Sin embargo, algunas áreas, como el sudoeste de Estados Unidos, Europa del Sur, Latino América y el anillo del Pacifico tienen mayores concentraciones de sílice (50 a 100 mg/l) presente en el agua subterránea. El agua alta en Sílice y otros minerales pueden resultar en la formación de incrustaciones en sistemas de cañerías, lo cuales ocurren cuando los minerales precipitan fuera de la solución como sales insolubles.
En calderas y torres de enfriamiento donde el agua es evaporada en gran porción, las incrustaciones pueden acumular rápidamente si el agua contiene minerales disueltos, esto puede generar la reducción de la capacidad de transferencia de calor y la eficiencia en general. Por esta razón, el agua utilizada en calderas y torres de enfriamiento es usualmente tratada para el retiro de mineral mediante por el intercambio iónico o proceso de osmosis inversa. Típicamente, las incrustaciones es el resultado de sales de calcio y de magnesio, pero el sílice puede también contribuir a estas formaciones.
Mientras otros tipos de incrustaciones son moderadamente fáciles de retirar desde las calderas y torres de enfriamiento mediante la purga de la caldera o disolviéndola con un ácido débil, el incrustaciones de sílice son extremadamente difícil de retirar. Este tipo de incrustaciones pueden ser tan duras como porcelana, y el retiro requiere químicos peligrosos, tales como el ácido hidrofluoridrico. Debido a las potenciales complicaciones de las incrustaciones de sílice, la alimentación de aguas de caldera son monitoreadas de cerca por el sílice, especialmente en áreas con altas concentraciones en la fuente del agua.
El sílice es uno de los elementos más abundantes encontrados en la corteza terrestre, puede producirse en aguas subterráneas por la dilución del cuarzo (SiO2 cristalino) de formaciones rocosas del fondo. En aguas naturales, el sílice es típicamente encontrado en concentraciones entre 5 a 25 mg/l. Sin embargo, algunas áreas, como el sudoeste de Estados Unidos, Europa del Sur, Latino América y el anillo del Pacifico tienen mayores concentraciones de sílice (50 a 100 mg/l) presente en el agua subterránea. El agua alta en Sílice y otros minerales pueden resultar en la formación de incrustaciones en sistemas de cañerías, lo cuales ocurren cuando los minerales precipitan fuera de la solución como sales insolubles. En calderas y torres de enfriamiento donde el agua es evaporada en gran porción, las incrustaciones pueden acumular rápidamente si el agua contiene minerales disueltos, esto puede generar la reducción de la capacidad de transferencia de calor y la eficiencia en general. Por esta razón, el agua utilizada en calderas y torres de enfriamiento es usualmente tratada para el retiro de mineral mediante por el intercambio iónico o proceso de osmosis inversa. Típicamente, las incrustaciones es el resultado de sales de calcio y de magnesio, pero el sílice puede también contribuir a estas formaciones.
Mientras otros tipos de incrustaciones son moderadamente fáciles de retirar desde las calderas y torres de enfriamiento mediante la purga de la caldera o disolviéndola con un ácido débil, el incrustaciones de sílice son extremadamente difícil de retirar. Este tipo de incrustaciones pueden ser tan duras como porcelana, y el retiro requiere químicos peligrosos, tales como el ácido hidrofluoridrico. Debido a las potenciales complicaciones de las incrustaciones de sílice, la alimentación de aguas de caldera son monitoreadas de cerca por el sílice, especialmente en áreas con altas concentraciones en la fuente del agua.
