Renace el río Bogotá: ¿Qué acciones se han emprendido para su descontaminación?
Varios expertos explicaron cuáles son los desafíos a los que debe enfrentarse este cuerpo de agua, qué acciones se han ejecutado para su saneamiento y cómo ha avanzado el cumplimiento de la sentencia para salvarlo. Así transcurrió el último foro digital de Grupo Río Bogotá.
*Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.
El río Bogotá lucha por sobrevivir, por mantener limpios los 11 kilómetros de aguas cristalinas que aún conserva y por renacer de la contaminación en sus restantes 369 kilómetros. A pesar de los vertimientos de residuos domésticos e industriales, la mala disposición de los desechos, las captaciones de aguas ilegales y la tala de árboles que han generado la contaminación del 97 por ciento de sus aguas, este afluente es la principal fuente hídrica de la sabana de Bogotá.
Es por eso que devolverle la vida a este cuerpo de agua es una labor que han emprendido diferentes instituciones del país. Sobre los avances en esta recuperación, los derechos y deberes que tienen los habitantes de la cuenca y los desafíos a los que debe enfrentarse este cuerpo de agua, conversaron este miércoles algunos representantes del sector público, privado, organizaciones ambientales y algunos miembros de la sociedad civil en el foro digital: ¿Cómo va la recuperación del río Bogotá?
Primer panel: Descontaminación río Bogotá
Participaron:
Pablo Carrizosa, presidente de ASURÍO
Amaury Rodríguez, profesional especializado de la dirección general de la CAR
Gloria Giraldo, representante legal de la PTAR Salitre
El 28 de marzo de 2014, el Consejo de Estado emitió una sentencia encaminada a la descontaminación de este cuerpo que tiene influencia en 47 municipios de Cundinamarca, incluida la capital, y que desemboca en el río Magdalena.
La decisión se emitió con el fin de alcanzar una mejoría ambiental y social en la cuenca hidrográfica del afluente, lograr una “coordinación institucional, intersectorial y económica” y una “profundización de los procesos educativos y de participación ciudadana”.
Así, el Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el Distrito Capital, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), entre otras instituciones, así como los 47 municipios donde tiene influencia el río han emprendido iniciativas de saneamiento y educación ambiental para cumplir con dicha sentencia.
De acuerdo con el panelista Pablo Carrizosa, presidente de la Asociación de Usuarios de los Recursos Naturales Renovables y Defensa Ambiental de la Cuenca del Río Bogotá (ASURÍO), “muchas de las órdenes del saneamiento del río se vienen cumpliendo, así como muchas otras no, pero estamos haciendo un esfuerzo enorme para cumplirlas”.
En este sentido, lo que le preocupa a varios de los municipios, de acuerdo con Carrizosa, es la orden 4.20 en la que se menciona la importancia de la existencia de planes maestros de acueducto y alcantarillado. “Para tener estos planes de alcantarillado llegamos a la conclusión de que se necesitan 1,3 billones de pesos. Si estos no se tienen, no vamos a poder descontaminar el río, a pesar de los grandes esfuerzos por parte de la CAR”, aseguró. A propósito de estos avances por parte de la Corporación Autónoma Regional (CAR), mencionados por el presidente de ASURÍO, Amaury Rodríguez, profesional especializado de la Dirección General de la corporación, informó que desde la entidad se encuentran en el proceso de planeación de la adecuación de un tramo desde Puente Vargas hasta el nacimiento del río.
De igual forma, Rodríguez destacó los 111 kilómetros de adecuación hidráulica en los que ya se ha avanzado, así como los procesos de restauración ecológica y de cuidado de las especies nativas que desarrollan su vida en las tres cuencas del río.
Finalmente, Gloria Giraldo, representante legal de la PTAR Salitre, mencionó que en la ejecución de la infraestructura para limpiar el río, específicamente de la PTAR Salitre, se ha estado trabajando desde hace más de cuatro años, señalando que en este proceso se han encontrado con inmensos retos. Uno de estos ha sido buscar el equilibrio de la construcción de esta megaobra, ubicada en zonas aledañas de la comunidad. Esto con el fin de no generar una afectación ni vulnerar la calidad de vida que la población tiene.
Segundo panel: Darle la cara al río Bogotá
Participaron:
Ana Alejandra Jiménez, gerente de Sostenibilidad del Banco de Bogotá
María Victoria Blanco, guardiana del Salto Del Tequendama
Medardo Galindo, defensor del agua como derecho público
En esta segunda parte del encuentro los panelistas profundizaron en la importancia de la articulación de los diferentes sectores del país, no solo para la recuperación de este afluente sino para el logro de una Colombia más sostenible.
Ana Alejandra Jiménez, gerente de Sostenibilidad del Banco de Bogotá, comentó que desde los privados pueden surgir iniciativas que generen conciencia. Este es el caso, por ejemplo, de Apartamentos el Río, un proyecto para generar conciencia sobre la cantidad de desechos que van a parar a este afluente.
Bajo la idea de que los objetos que lanzan los ciudadanos al cuerpo de agua alcanzan para amoblar un condominio, la entidad bancaria amobló un apartamento con sofás, mesas, cámaras, celulares, camas, electrodomésticos y demás objetos encontrados en el río.
“Vimos el reto del sector privado en el tema ambiental. Comprendimos que no debíamos ser individuos pasivos, sino activos. También entendimos que la generación de conciencia en los diferentes puntos de interés era clave”, comentó al respecto.
Por la parte de la acción ciudadana, María Victoria Blanco, guardiana del Salto Del Tequendama, quien lleva unos 27 años liderando la lucha por el reconocimiento de esta cascada natural, recordó la importancia de que los ciudadanos comprendan que pueden ser guardianes, protectores. “La articulación tiene que ser eficaz, persistente y participativa. No nos podemos quedar esperando a que sean los otros, las instituciones públicas y privadas, las que tomen acciones. Todos debemos darle la cara al río”, dijo.
Para cerrar este espacio, el doctor Medardo Galindo, defensor del agua como derecho público, hizo un recorrido por las diferentes problemáticas en la articulación de los distintos agentes alrededor de la cuenca, incluso desde la primera presentación de un Plan de Ordenamiento Territorial en 1998.
Para Galindo, “es necesario que se tome conciencia de que se deben resolver estas problemáticas que se extienden desde hace 20 años con el fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La primera forma de hacerlo es mediante la articulación de los diferentes instrumentos de planeación y de todas las entidades”, dijo.
Tercer panel: Retos a futuro
Participaron:
Juan Sebastián Jiménez, director de Asuntos Públicos y Comunicaciones de Coca-Cola
Camilo Prieto, director Movimiento Ambientalista Colombiano
Andrés Porras Vargas, alcalde Tocancipá
Dra. Martha Eugenia Lúquez, facilitadora de la Agenda Ciudadana río Bogotá de la Contraloría General de la República
En la tercera parte del encuentro, dedicado al segundo afluente más importante del país, los invitados destacaron las labores realizadas hasta el momento y mencionaron esas tareas y acciones que deben ser protagonistas en el futuro para tener la posibilidad de ver un río más limpio.
Juan Sebastián Jiménez, director de asuntos públicos y comunicaciones de Coca-Cola, manifestó que es un valor positivo el hecho de que “hubiéramos aumentado el cariño de la población por el río”. De igual manera, manifestó que el camino por recorrer aún es muy largo y que el apoyo de los ciudadanos, desde la separación en la fuente de los residuos que utiliza, resulta crucial.
Por su parte, Camilo Prieto, director del Movimiento Ambientalista Colombiano, aseguró que el activismo puede tener diferentes rutas, diferentes caminos. Y que en ese sentido, esta unión de diferentes organizaciones sociales que lidera ha contribuido, por ejemplo, desde la reforestación de ecosistemas hasta la creación de unos hábitos que protejan al río, como es la correcta disposición del aceite de cocina.
Por el lado de los municipios, Andrés Porras Vargas, alcalde Tocancipá, describió que se han hecho inversiones en el saneamiento básico del afluente. “Hemos hecho esfuerzos en la separación de aguas residuales y de lluvia. Hemos ido reemplazando la tecnología por una que nos permita cumplir el objetivo. La vida de este río ha mejorado. Sabemos que hay mucho por hacer, por eso también hemos impulsado la educación ambiental en las escuelas”, destacó.
La doctora Martha Eugenia Lúquez, facilitadora de la Agenda Ciudadana del río Bogotá de la Contraloría, quien lleva trabajando 14 años en la construcción de ciudadanía alrededor del río Bogotá, dijo que la población ha desarrollado una especie de culpa vergonzante por lo que ha hecho con sus aguas. Sin embargo, asegura que lo crucial, frente a esto, es “construir ciudadanía de una manera constante, rompiendo con la indiferencia, con el silencio y con eso de darle la espalda al río”.
Cuarto panel:¿Es posible salvar el río Bogotá?
Participaron:
Angélica Sánchez, productora general de Grupo Semana
Yolanda Villabona, abogada y asesora del Grupo Río Bogotá
Para concluir con el foro, la abogada Yolanda Villabona, quien es asesora del Grupo Río Bogotá, hizo una pequeña evaluación del cumplimiento de la sentencia que ordenó el saneamiento de este afluente, tesoro de los colombianos.
Villabona aseguró que la sentencia emitida por el Consejo de Estado marcó el rumbo de las acciones que deben ser adelantadas en materia de descontaminación, en atención de la protección de los recursos naturales.
En este sentido, destacó que, al realizar una revisión acuciosa de los Planes de Desarrollo de los municipios en los que tiene influencia el río, “todos ellos incluyen el cumplimiento de la sentencia, desde diferentes ámbitos. Algunas de estas acciones incluyen la adquisición de predios, planes de acción para el manejo de las basuras y planes de ruta para tener una mejor calidad del agua”.
La abogada también aseguró que desde la empresa privada, muchas de las industrias que realizan vertimientos en el río están construyendo sus propias plantas de tratamiento de aguas. “Hay una cultura corporativa en defensa de los derechos ambientales y está cambiando la cadena productiva”, finalizó.
Fuente: Semana