Un estudio de la Global Mangrove Alliance (GMA) concluyó que, entre 1996 y 2016, se perdió el 10% de los manglares del mundo. El desarrollo costero, la acuicultura y la deforestación son tres de las actividades que más los amenazan.
Hoy 26 de julio se celebra el Día Internacional del Ecosistema de Manglar, que son una especie de bosque ubicada en la intersección entre el agua dulce y el mar. Los manglares son uno de los ecosistema clave en la lucha contra el cambio climático, entre otras razones, por ser buenos sumideros de carbono, es decir, lugares que pueden retenerlo. De hecho, se estima que pueden retener entre tres y cinco veces más carbono por unidad de área que otros bosques tropicales.
Hasta hoy en día, sin embargo, se ha perdido un tercio de los manglares que existían, advirtieron expertos de la Alianza Global por los Manglares (GMA por sus siglas en inglés) a la Agencia EFE. El análisis que realizó la organización en 2021 apuntó que, entre 1996 y 2016, se perdió el 10% de estos ecosistemas, más de 15.000 km2. Además de esto, el 60% de las pérdidas en el sureste asiático, Centroamérica y el Caribe fueron causadas por el impacto humano a través del desarrollo costero, la acuicultura y la deforestación.
México, por ejemplo, perdió cerca de diez mil hectáreas en el año 2020 “en zonas como Nayarit o Quintana Roo” aseguró Miguel Rivas, director de la campaña Hábitat de Oceana México. Sin embargo, la primera causa de pérdidas directas, con un 47 %, es el crecimiento de la acuicultura de peces y camarones, mientras que la extracción de carbón y madera, la tala y las plantaciones de palma es responsable de otro 12 %. La tasa de deforestación ha disminuido en el último decenio pero siguen desapareciendo ejemplares.
La Unesco ya había alertado en pasados años que los manglares están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que las pérdidas generales de bosques en el mundo, con graves impactos ecológicos y socioeconómicos. “Las estimaciones actuales indican que la extensión de los manglares se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años”, dijo la agencia.
Además de su importancia con respecto al cambio climático, estos ecosistemas también ayudan a mejorar la resistencia de los océanos frente a la acidificación; son fundamentales para la seguridad alimentaria, ya que buena parte de las capturas de la pesquería de pequeña escala en los trópicos depende directa o indirectamente de los manglares; proporcionan hábitats para especies marinas y terrestres; y filtran el agua.
Por estas razones, y teniendo en cuenta el panorama de las actividades que los amenazan, la GMA tiene como objetivo de aumentar el área de manglares en un 20 % para 2030 y recuperar los servicios ecosistémicos que proveen, anteriormente mencionados.
Fuente: El Espectador
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