El pez basa, un negocio informal muy espinoso

Por Equipo Hanna | Hace 1 año 5 meses en Noticias | Comentarios

En la última década la cría de esta especie ha crecido, llegando a 15.000 toneladas por año.

Los recientes operativos de las autoridades en el sur del país en contra productores piscícolas expuso la grave problemática que encara el sector acuícola por la informalidad.

Al decir de la Fiscalía y la Policía la incautación de cerca de 900 kilos de pez basa, en diferentes etapas de crecimiento, en procedimientos realizados en Caquetá y Huila, puso en evidencia una actividad ilícita que podría generar un grave desequilibrio en los ecosistemas hídricos.

“Algunos estudios ambientales dan cuenta de que el pangasius exótica o basa sería una especie depredadora que ha sido introducida ilegalmente a Colombia y criada sin control biológico. Al parecer, es la responsable de la desaparición del bocachico, bagre y otras variedades que tradicionalmente han crecido en los ríos del país”, señaló la Fiscalía (ver Paréntesis).

Productores responden

César Pinzón, presidente de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), explicó que el cultivo de esta especie de pez se encuentra en estudio para su formalización, por parte de los ministerios de Agricultura y Ambiente, así como de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) y el Instituto Alexander von Humboldt.

No obstante, en diálogo con EL COLOMBIANO, Pinzón reconoció que pese a estar prohibido el cultivo de esta variedad ha alcanzado una alta producción informal, que asciende a aproximadamente 15.000 toneladas por año, volumen que corresponde a cerca del 8% de la producción piscícola total.

Además, mencionó que esta especie ha tenido un acelerado incremento desde hace más de 10 años, debido a que genera un excelente rendimiento financiero para sus productores, pues tiene un rápido crecimiento y un bajo consumo de concentrado o alimento artificial.

“El precio del concentrado va en aumento y el pequeño productor, por costos, se pasa a criar esta especie que consume mucho menos alimento, crece en la mitad del tiempo que otro tipo de peces y este pegó en el gusto popular porque es barato”, argumentó Pinzón.

Frente a los señalamientos en el sentido de que este pez es dañino para variedades que tradicionalmente han crecido en los ríos del país, Pinzón comentó que los estudios realizados hasta el momento, de los cuales aún falta una fase, no han demostrado que haya canibalismo, por lo que no es prudente calificar al pez basa como un monstruo para la biodiversidad.

“Esperamos que el Gobierno continúe con las investigaciones de esta especie para poder adelantar su proceso de domesticación, y así formalizar a sus productores, detener su estigmatización y aumentar la producción de este pez, sobre el cual no hay comprobación científica documentada que sustente que, siendo cultivado en Colombia, represente algún riesgo para la salud humana”, agregó el presidente de Fedeacua.

A juicio del gremio la formalización del cultivo de esta especie puede generar miles de empleos directos e indirectos, así como una millonaria rentabilidad para sus productores.

Insistió en que la autorización de cultivar el pez basa le daría vía libre a la producción de una proteína altamente nutritiva a costos más bajos que el de otras carnes, como el pollo, y que contribuiría a garantizar la seguridad alimentaria del país.

Los análisis

Fuentes oficiales consultadas por este diario confirmaron que el pangasius o basa es una especie exótica que puede ser peligrosa para el ecosistema vivo del Colombia.

También señalaron que en el pasado fueron traídas especies de otra parte las cuales se domesticaron y, actualmente, son permitidas, pero la basa no, y por lo cual los estudios han estado dirigidos a establecer si este pez en condiciones controladas puede significar un recurso explotable para la acuicultura.

Consultada la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) sobre los avances y conclusiones de estas investigaciones, al cierre de esta edición la entidad no había emitido una respuesta.

A su turno, la Dirección de Cadenas Pecuarias, Pesqueras y Acuícolas del Ministerio de Agricultura destacó que entre enero y junio de este año el país produjo 104.989 toneladas de carne de pescado y camarón, en 36.464 unidades productivas y 17 plantas de proceso certificadas (ver gráfico).

Para esta dependencia los retos más apremiantes del sector son la formalización de los acuicultores y su fortalecimiento gremial o asociativo, igualmente la mejora de la productividad y la mayor competitividad, la diversificación de la acuicultura con nuevas especies, la modernización de los sistemas de producción, la promoción al consumo de productos de la acuicultura y el desarrollo de la acuicultura en cuerpos de agua natural y artificial (embalses, lagos y lagunas).

Fuente: el Colombiano
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