Esta forma de producción deja a un lado el uso de tierra, y le apuesta a la utilización del agua, rica en nitratos y otros nutrientes.
La acuaponía como forma de producción enfocada a la economía circular, se basa en la producción sostenible de alimentos y peces. Desde la Asociación de Acuicultores del Caquetá (Acuica), se trabaja en un proyecto de investigación, conformado a partir de esta alternativa de la acuicultura, que permita el desarrollo de un paquete tecnológico para que los pequeños productores puedan implementarlo y así mejorar sus niveles de productividad.
Jorge Eduardo Franco Páez, director técnico de Acuica, destacó la finalidad del proyecto basado en el uso de la acuaponía en asocio con el cultivo de Pirarucú o Arapaima gigas, para desarrollar una serie de paquetes tecnológicos enfocados en el pequeño acuicultor, que permitan hacer un uso eficiente de los recursos naturales, de la mano que se incrementan los niveles de productividad.
Según Franco, lo que hacen desde la asociación se basa en utilizar el agua del cultivo de los peces, rica en compuestos orgánicos, para poder utilizar sus nutrientes en el cultivo de plantas, trabajando a través de una economía circular que busca el aprovechamiento de todos los recursos naturales.
“En vez de verter el agua directamente a una fuente como un río o una quebrada, esta pasa por una serie de procesos donde se separan los desechos que vienen del cultivo de los peces, atraviesa un filtro anaeróbico y un biofiltro, que permite que bacterias nitrificantes conviertan los compuestos de amonio y amoniaco en nitratos y nitritos; una fuente de nitrógeno para las plantas, y así, el agua pase a un sistema acuaponico, que esencialmente es un cultivo de plantas sobre el agua”, destacó Franco.
Esta forma de producción deja a un lado el uso de tierra, y le apuesta a la utilización del agua, rica en nitratos y otros nutrientes, para que las plantas absorban esas partículas, purifiquen el agua, y crezcan como cultivo, contribuyendo a un bajo impacto sobre la huella de carbono.
Los beneficios que trae esta producción sostenible de alimentos y peces que, a partir de las respectivas investigaciones Acuica, se basan en el menor uso agua, reduciendo hasta 90% el consumo de esta fuente en un sistema como este, así como minimizar la contaminación.
“Hay una simbiosis entre el agua, los peces, las bacterias y las plantas, donde todos se benefician del ciclo y podemos hacer una trazabilidad de 100% de lo que se produce, garantizando que no haya contaminación cruzada, ya sea por las hortalizas o por la carne de pescado que consumen en los mercados”, resaltó el director técnico.
Acuica ha evaluado la producción de carne de pirarucú en sistemas cerrados, en cargas de 40, 60 y 80 kilos por metro cúbico, para ver el comportamiento del animal en un sistema cerrado con altas cargas de producción, acoplado a un sistema de hortalizas.
Los resultados que arrojó la investigación fueron positivos. “Evaluamos la producción de tomate, ají, lechuga, cebolla y los resultados fueron muy interesantes. Porque lo primero es que el animal se adapta muy bien a las condiciones de manejo en un sistema cerrado, las ganancias de peso estuvieron óptimas y la conversión alimenticia estuvo por debajo de lo esperado”, afirmó Franco.
A partir de ello, comprobaron que existen especies que se comportan muy bien en este tipo de sistemas y aportan muchos nutrientes para las plantas, lo que generó que empezaran con la realización de un proyecto de desarrollo de un paquete tecnológico para transferirlo directamente a los pequeños productores y contribuir significativamente en los niveles de producción y compromiso ambiental.
Fuente: Agronegocios
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