Para cultivos transitorios el estudio debe hacerse cada que se inicia el ciclo, para cultivos permanentes se debe realizar un análisis anual.
Realizar análisis de suelos más que una obligación se convierte en una necesidad imperante, esto debido a que es el estado nutricional del suelo el que determina su aptitud para uno u otro cultivo, y además permite realizar un óptimo plan de manejo nutricional en el mismo. Así lo destacó el ingeniero agrónomo Deivis Suárez.
Pero, ¿cómo hacer un análisis adecuado del suelo? De acuerdo con Dolly Rodríguez, directora del programa de Ingeniería Agronómica de la Universidad de La Salle, la clave para realizar un estudio de suelos de la mejor manera es saber el historial del lote, tipo de cultivo que se va a desarrollar, profundidad de la toma de muestra (depende de la profundidad de las raíces del cultivo), y realizar el muestreo mínimo un mes antes de siembra.
En ese sentido, es fundamental la toma de muestras (puntos de muestreo, extracción de la muestra y homogeneización y embalaje), que debe ser representativa y determinada por la topografía del terreno. Además, se hace necesario conocer el perfil del suelo (este establece cuál es la capa arable - productiva) y tomar las muestras a una profundidad superior a los 10 centímetros.
“Una de las ventajas de los estudios de suelos es que nos permite saber a priori la fertilidad del suelo y determinar específicamente la cantidad de fertilizante que debemos adicionar, esto nos permite hacer un uso adecuado del recurso”, dijo Rodríguez.
Por su parte, Fernando Muñoz, edafólogo de Cenicaña, explicó que, “el estudio contiene la identificación taxonómica de los suelos, así como la descripción de sus características físicas, químicas y biológicas, generalmente hasta una profundidad de dos metros. Por lo tanto, tener el estudio detallado de suelos de una región se convierte en una herramienta estratégica para su desarrollo ya que puede ser usada por los agricultores para afinar el manejo agronómico de los cultivos y realizar lo que se ha denominado Agricultura Específica por Sitio (Aeps), también puede ser usado para la planeación del uso de la tierra”.
Por otro lado, es importante que los productores tengan presente cada cuánto se debe hacer un estudio de suelos. “Para cultivos transitorios el estudio debe hacerse cada que se inicia el ciclo, para cultivos permanentes se debe realizar un análisis anual”, dijo Rodríguez.
Tener un estudio detallado de los suelos permite que los agricultores puedan usarlo para afinar el manejo agronómico de sus cultivos.
Fuente: Agronegocios
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